lunes, 27 de octubre de 2014

¿INJUSTA JUSTICIA ESPAÑOLA?

Los pedestres españolitos venimos, ancestralmente, en nuestra muy doliente historia, soportando inhumanas e ilimitadas injusticias sociales sobre nuestras "anchas" y laceradas espaldas, paradójicamente provenientes de nuestros mismos respectivos cíclicos organismos oficiales de Justicia (así nos lo confirman los más enjundiosos escribidores bibliográficos).

Absolutistas reyezuelos de "tres al cuarto", pero con omnímodo poder (bastantes de ellos con serias taras psíquicas y físicas) vinieron gobernando nuestras Españas -a veces a través de reales tutorías devenidas y terciarias, hasta extranjeras-, cuando no, por caprichosos omnipotentes  y unipersonales emperadores de subyugadas monarquías, sometidas a su exclusivo arbitrio.

La consecución de su perseguida e imprescindible paz social les venía siendo ofrendada a través de la imposición de un ciego acatamiento y humillador vasallaje popular, valiéndose del miedo a despóticos castigos, devenidos de sus corresponsables fuerzas represoras al uso y de sus moldeadas y particularizadas instituciones de justicia.

Genéricamente nuestro Pueblo, por tanto, jamás se ha podido sentir completamente identificado y mucho menos arropado por supuestas afines leyes protectoras, sino muy contrariamente le hemos venido guardando una muy natural y consecuente prevención a los organismos judiciales, cuando no auténtica aversión, a sentimental semejanza respecto con las llamadas "fuerzas de orden público" (auténtica aberración  y vergüenza resultante para todo Estado de derecho que se precie).

Por tanto, pretender revolucionar este tan consolidado establishment, arraigado desde los más remotos tiempos en nuestra vieja y sufrida tierra, suele conllevarnos a inevitables y contradictorias nefastas consecuencias.

Entre otras incongruentes decisiones legales, acabamos de vivir dos de las más incoherentes e imperdonables, a mi particular entender.

Garzón, el juez que destapó el caso "Gürtel", que desarticuló la trama corrupta especializada en el saqueo de fondos públicos y que sacó de la política a dos decenas de dirigentes del PP que colaboraron en el pillaje; desarticuló el entramado de ETA; combatió todas las formas de terrorismo; desmanteló multitud de redes de narcotráfico y blanqueo de capitales; ordenó la detención del genocida Pinochet y persiguió los crímenes contra la humanidad de otras dictaduras latinoamericanas (llegando a demandar, en la ONU, el abandono español a las víctimas del franquismo), resultó incomprensiblemente condenado por el Tribunal Supremo español a 11 años de inhabilitación por  prevaricación.

Tan dura y discutida sentencia judicial al juez más reconocido internacionalmente, ha sido descalificada por juristas de todo el mundo.

Actualmente es Asesor del Tribunal Internacional de La Haya, Director de la defensa jurídica del fundador de Wikilecks (Julián Assange), Asesor de la Fiscalía General de Colombia y colaborador del Gobierno de la República de Ecuador.

Y  todavía más recientemente registramos otro muy semejante caso, el del juez Elpidio Silva, al que por enviar a Miguel Blesa, dos veces, a prisión, ha terminado con una condena de 17 años de inhabilitación, por igual motivo: prevaricación; ésto sí, con el voto discrepante del propio Presidente del Tribunal que le juzgó, que pidió su completa absolución.

Paradógica y sorprendentemente, la más rabiosa actualidad viene a desdecir a los "sesudos" jueces que dictaminaron la referida sentencia sobre el juez Silva. Otro juez, éste Andreu de apellido, está solicitando 16 millones de euros de fianza civil para este mismo Blesa por el asqueroso asunto de las "oscurecidas" tarjetas de Bankia. Según el propio juez Silva, correspondiente tan solo al 0,001% de la basura arrinconada de Caja Madrid ..."Acerté mucho más de lo que imaginaba cuando mandé a Blesa a prisión; volvería a hacerlo una y otra vez", asegura Silva.

El extenso meritaje de este otro juez, Elpidio Silva, tampoco resulta baladí: Profesor titular de Derecho Administrativo, Doctor en Derecho Comparado en Francia e Italia, Profesor Asociado en la Universidad Complutense de Madrid, docente de Derecho Penal y Criminología, Profesor de la UNED, ponente y conferenciante en seminarios nacionales e internacionales. Formado en la Université Panthéon-Assas de París, en la Universidad de Bologna y Juez del Tribunal de Gran Instancia de Ajaccio (Córcega).

El panorama judicial español del momento echa humo. Solo el global tema de la corrupción amenaza con el colapso jurídico.

En los actuales tiempos están en marcha múltiples procesos encausatorios con muy difíciles pronósticos finales y que han generado una general incertidumbre e inquietud sociales: la "Gürtel", Palma Arena, Caso Nóos, Palau de la Música, caso ITV catalán, Operación Malaya, EREs fraudulentos andaluces, Operación Pokemon, Operación Campeón, Caso Cooperación, Caso familia Pujol-Ferrusola, Casos Blesa-Rato y siguientes, Francisco Granados detenido por la Guardia Civil por supuesta trama de corrupción municipal y regional y otro largo etcétera.

Resultaría excesivamente prolijo entrar en el detalle de toda la suciedad conque la vil y depravada desmedida ambición personal de tan "ínclitos" personajes de esta alta sociedad española han mancillado nuestra tan mimada "marca España".

En fin, aunque ateo en ejercicio y anticlerical recalcitrante, ruego una general oración por nuestra contrita Justicia (en procesional rogatoria) para que su corresponsable "mesías" la ilumine y venga a rectificar con la radicalidad conveniente para bien de nuestro Pueblo.