domingo, 19 de julio de 2015

SIGUEN OCULTANDO LA VERDAD

También llevo clamando, al vacío claro, por el ineludible e indispensable desagravio a nuestros asesinados por el franquismo; una y otra vez, incansablemente, vengo pidiendo el inevitable juicio que el Tribunal Internacional de la Haya, más pronto que tarde, habrá de cumplimentar con el crimen de lesa humanidad que este terrible régimen impuso a nuestro país.

Me parecen tan insultantemente falaces las argucias pseudojudiciales que emplearon los fascistas vencedores de nuestra última fratricida contienda, tratando de envolver con aparente formalismo jurídico lo que llana y simplemente fue vengativa cobardía de Estado...

Se trató de asesinatos masivos, parodia múltiple y dramática de castrenses enjuiciamientos con sentencias a muerte que, en realidad eran meras operaciones de "limpieza", ejecuciones sumarias a prisioneros, víctimas a través de burdos simulacros procesales (jamás ningún Tribunal internacional consideraría legal ninguna represión articulada a través de la jurisdicción militar).

Estos Consejos de Guerra, en sumarísimo juicio, seguían las reglas que quedaban reiteradas en el posterior decreto de 31 de agosto de 1.936.

Lo más dolientemente paradógico, lo más incongruente de esta trágica opereta, es que los supuestos delitos que se juzgaban venían oficialmente sostenidos por "adhesión a rebelión militar", y se les vino a  aplicar a quienes precisamente habían permanecido fieles a las instituciones republicanas, a la Constitución vigente. Estaban siendo juzgados por aquéllos militares que habían traicionado sus respectivos juramentos de fidelidad a dicha Ley de leyes y a su oficial tricolor bandera, es decir, fueron sentenciados por los auténticos rebeldes a la Patria.

La conformación de dichos Consejos de Guerra era toda una "troup" teatral:
-Un Jefe militar; tres oficiales; un asesor del cuerpo jurídico; y un representante del ministerio fiscal del ejército. El cargo de defensor, también desde luego, militar.

Es decir, todos eran militares rebeldes que aseguraban juzgar delitos de "rebeldía" a quienes habían luchado por defender la legalidad constitucional (toda una verdadera insania, una burla a los derechos de defensa y a los mínimos principios de justicia).

El franquismo operó con absoluta impunidad legalista, pero sin ninguna garantía procesal.

Los juicios se resolvían muy rápidamente, en ocasiones solo duraban minutos, sin posibilidad de réplica por sus abogados defensores (lectura del nombre, cargos y sentencia -apenas cinco meses entre la detención y el fusilamiento-). La figura del abogado defensor era simplemente testimonial.

A veces estos juicios se realizaban de forma masiva, o en grupo (se sentenciaba el fatal destino de varias personas a la vez). Juicios militares con inculpados civiles, rebeldes que acusaban de rebelión; los defensores eran militares y enemigos.

Prioritariamente se tomaba, en consecuencia, su filiación política, los antecedentes izquierdistas (no los delitos supuestamente cometidos). Y muchas de estas sentencias eran posteriormente publicadas ...para conocimiento de todos ...siempre el amedrentamiento social; incluso también eran frecuentes penas pecunarias para ser abonadas por sus descendientes ...

Y a pesar de esta cruda realidad, nuestros precedentes gobiernos democráticos (neoliberales, pero también denominados socialdemócratas) han venido "escurriendo el bulto", una y otra vez, ante las reiteradas reclamaciones internacionales.

El denominado "período del terror español" (sinónimo del régimen franquista), reconocido así por todas las instituciones de justicia internacionales, volvió a emitir, a través de la Interpol, las órdenes de detención para determinados exministros de aquélla infausta época, a la vez que lo hacía Argentina.

Pero, entre otras muchas barbaridades cometidas en nombre de nuestra ensalzada Transición española, se celebró el referéndum sobre la Ley para la Reforma Política (15.12.65).


Dicho referéndum, aprobado sin las mínimas garantías internacionales, se efectuó sin al menos el apoyo, cierto, de las democracias europeas.

La gente votó como siempre había hecho hasta entonces, a quien más salía en la televisión, a la voz del poder, con miedo, con mucho miedo ...

El entonces recién legalizado Partido Comunista llamando a la "reconciliación nacional"; defendiendo lo nunca aceptado: la misma bandera y el himno borbónicos, a cambio de la amnistía general (al perdón mutuo)... ; a la amnistía para todos los delitos cometidos durante cuarenta años de Franco y de los falangistas. Una amnistía a la que se sumaron todos los demás partidos políticos (algunos aún clandestinos).

De España se ha dicho que es un país sin memoria ...de esto se han encargado muchos para su imperdonable oprobio.

Y ahora ...¿quién amnistiará a los amnistiadores?...

                  "Todo está cargado en la memoria
                    arma de la vida y de la historia.

                  La memoria apunta hasta matar
                  a los pueblos que callan
                  y no la dejan volar
                  libre como el viento".
           -León Gieco y Víctor Heredia